CONQUISTA Y COLONIZACIÓN ESPAÑOLA

INTRODUCCIÓN.
Entre 1492 y 1550 se produjeron los descubrimientos y conquistas de la mayor
parte de América. Sorprende la rapidez de acción de los distintos
protagonistas de estos hechos, ya que rara vez ha aparecido en las páginas de
la historia un grupo de hombres tan audaces y con tanta ambición como los
conquistadores españoles. Más sorprendente es aún si tenemos en cuenta que
España tuvo tiempo de poblar el territorio y organizar el sistema político y
administrativo colonial, configurado sobre los dos Virreina-tos de México y Perú.
Sin
embargo, surge la pregunta de cómo logró la Corona española, ahogada económicamente
tras una guerra contra los musulmanes que había durado 700 años, financiar una
empresa de tal envergadura como la conquista y colonización de estos amplísimos
nuevos territorios. Realmente la respuesta es fácil: sin exponer ni un sólo
maravedí de las arcas del Estado. La Corona Española fue pionera en
desarrollar un sistema socioeconómico, ya empleado con anterioridad a la
conquista de América, que conocemos con el nombre de capitulaciones, de
descubrimiento en un primer momento, y de conquista posteriormente.

Las
capitulaciones se completaron luego con otra recompensa, la encomienda, creada
para el asentamiento de los guerreros en el territorio novohispano a costa de
los indios que habían conquistado. Resultó así que el descubrimiento, la
conquista y la colonización fue pagada por los indígenas americanos y con el
sudor y la sangre del pueblo español.
La
conquista española de gran parte de América enfrentó a dos sociedades, o
mejor dicho a dos formaciones socioculturales muy diferentes. Dado que la
finalidad era conseguir que los habitantes de las tierras exploradas
reconocieran la soberanía del Rey de España y se prestaran a la conversión a
la verdadera fe, y que la conquista se entiende como la acción bélica de
grupos organizados de españoles que proceden, para sus fines, a dominar por la
fuerza de las armas a las poblaciones aborígenes, es fácil imaginar la crudeza
del enfrentamiento entre ambas culturas.
La
conquista de las tierras americanas por parte de españoles y portugueses, que
trajo como consecuencia el contacto entre europeos e indígenas durante la
colonia, produjo la génesis de nuevos tipos de culturas; por una parte la de
criollos, mestizos, mulatos, etc., conformando lo que se ha dado en llamar como
«culturas nacional-latinoamericanas»; y por otra, la de los llamados «indios
modernos». Está fuera de duda que las culturas de estos «indios modernos»
contienen un gran número de elementos derivados del tiempo precolombino, pero
igualmente, y sin duda alguna, han aceptado e integrado tal cantidad de rasgos
hispano-coloniales que ya no cabe hablar de culturas prehispánicas.
La
historia de los indios durante la etapa colonial está en gran medida
determinada, oculta o abiertamente, por una doble lucha: por una parte, los
gobernantes trataron de integrar a los subyugados a su sistema social y económico,
el cual, en su forma específica de «cultura ibérica colonial», estaba basado
en el dominio sobre los indios y su explotación.
Contra
este sistema, que con ligeras modificaciones en la forma del «colonialismo
interno», ha durado hasta hoy día, los indígenas se opusieron activa y
pasivamente para preservar su propio sistema. Muchas veces los europeos no
comprendieron este fenómeno porque simplemente creían que su modelo era mejor,
sobre todo debido a sus ideas egocéntricas. Por otro lado, la suerte de los indígenas
estaba determinada por el continuo enfrentamiento entre las intenciones de la
Corona -por ejemplo la Corona española
vio a los indios como «vasallos libres y no sujetos a servidumbre»-
y la avaricia de los europeos en el
Nuevo Continente, cuyo único afán era el rápido y poco costoso
enriquecimiento.
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